El verano en Cádiz huele a pescaito frito, a bajamar y a poniente fresquito. El verano en Cádiz es pasear al atardecer, por el camino del castillo de San Sebastián en la Caleta. Es comerse una caballa con piriñaca en el barrio de la Viña, es caminar por las calles estrechitas del casco antiguo, contemplando sus balcones pintados del verde y rojo de los geranios, es escuchar flamenco y carnaval por todos los rincones.
El verano en Cádiz es contemplar el diario "hasta mañana" del sol, desde cualquier punto del paseo marítimo, pero si queremos el no va más, hagámoslo desde la balaustrada de Caleta en tarde de bajamar.
El verano en Cádiz es playa, duende y buen ambiente, es historia que se aprende y se guarda para siempre, Cádiz no es para visitarla, como los buenos vinos...es para saborearla y embriagarse con todas sus fragancias.
De epílogo un bonito tanguillo del Turronero que suena y huele a Cádiz por los cuatro costados.
Subido por Angela Miguel
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